Mimetízate conmigo,
la tierra oscura que rondamos
está bajo nuestros pies.
Cruza las lavas sin miedo,
los pusilánimes nunca subieron cumbres
ni bajaron laderas.
Vente, camina cercano
y no mires atrás.
Sin caídas de hojas,
ni avellanas amargas,
solos transitando
por el malpaís de nuestro destino.
Escuchando el crujido inmenso
que resuena rítmico
a nuestro paso.
Respirando
la atmósfera
limpia de verdades enfermas.
Mientras deambulas sin pausa
ni apremio incierto,
cada sendero perdido
encuentra tus huellas.
Y llegamos a este otoño
cansados, libres, efímeros...
... expertos en sueños,
con las fotos de nuestra vida
impresas en sepia
y el alma completa.
Recapacita despacio,
cuando llegue el solsticio
los audaces vamos a ser nosotros.
A. L.
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